Una buena lista de suscriptores puede ser un gran activo para la pyme y una forma recordar a potenciales clientes tu presencia. Empezar una lista de mailing es fácil, pero también lo es equivocarse en los primeros pasos. Te contamos los errores más comunes y cómo evitarlos.
El email marketing puede ser una buena forma para
llegar a tus clientes de un modo diferente y mantenerte en contacto con
potenciales clientes a los que les interesa tu información pero todavía no han
pasado de usuarios a compradores. Una estrategia
de email marketing bien implementada es eficaz porque se supone que se
dirige a personas con un interés real -sino, no te habrían dado su email-.
Además, permite segmentar tu base de clientes, es fácil de medir, es económica
y está adaptada a las nuevas tecnologías.
Piensa que por muy responsive que
sea tu página web y por muy bien diseñada que esté, leer en una pantalla de
móvil supone un esfuerzo adicional. A esto hay que añadir las distracciones
propias de toda página -en este caso el formato ya no es tan crucial-, algo que
desaparece en el email. La interfaz de la mayoría de gestores de correo es sencilla
y permite centrarse exclusivamente en el contenido del email, lo que supone una
ventaja.
Poner en marcha una estrategia de email marketing
es muy económico y te puede salir a coste cero -sin contar las horas
de dedicación y el personal a contratar, claro está-. Sin embargo, si estás
empezando en este mundo de las listas de suscriptores, es normal cometer errores en los primeros envíos. Estos
son los más habituales.
1. No saber qué decir
Ponerse a captar correos es relativamente sencillo, basta con instalar
en tu página una herramienta que permita hacerlo. Sin embargo, de nada te servirá haber recopilado la dirección de cientos de
personas si después no tienes nada qué comunicar o lo que
tienes que decir está alejado de tu negocio. Antes de lanzarte a la aventura
dedícale algo de tiempo a pensar qué quieres transmitir, si se trata de
información de utilidad, para qué quieres hacerlo -imagen de marca, ventas, fidelización….-
y a quienes quieres llegar.
2. No hacer envíos con
regularidad
No se trata de hacer envíos diarios, pero hay que mantener una cierta periodicidad. Lo más
habitual es pensar que podrás hacer un envío semanal con un pequeño consejo o
truco, pero después ir abandonando este ritmo frenético ante las obligaciones
del día a día para pasar a un email quincenal, mensual y de ahí a “uno de vez
en cuando, cuando te acuerdas”. Este es uno de los mayores errores y puede
costarte tu lista entera de contactos.
Al igual que debes pensar qué vas a decir, tienes que pensar cuándo
y crear un calendario de emailing razonable y que puedas
cumplir. Si planificas de antemano la línea de comunicación que
vas a seguir y la historia que quieres contar, será más fácil que puedas
sostener el esfuerzo e mandar los correos de forma regular.
3. No promocionar la
lista de suscriptores
Muchas empresas piensas que basta con poner un pop-up en el blog de la pyme o en la propia web y los
correos empezarán a llegar por sí solos. Nada más lejos de la realidad. De
hecho, al principio es fácil que tu lista parezca un erario. Para solucionarlo
debes promocionar tu lista hablando de ella en tu blog de empresa y diseñando
incentivos para que la gente se suscriba.
En este sentido, el propio contenido que vas a enviar puede ser el
principal atractivo, pero también puedes diseñar campañas de incentivos como ebooks gratuitos, periodos de promoción
en tu página, campañas de post invitados en otros blogs donde puedas incluir la
opción de suscribirse o dar incentivos a quienes compartan con sus amigos la
lista.
4. Complicarse con el
diseño
Vivimos en un mundo cada vez más visual, pero para que un email sea
efectivo a veces menos es más -recuerda la Estrategia KISS-. No por llenar la página de texto e incluir un gran diseño
lograrás que tus envíos sean más atractivos. Muchas veces un
texto plano, sin distracciones pero llamativo, puede ser más efectivo que el
mejor de los diseños.
Para dar con la línea de emails que necesitas no dudes en hacer pruebas,
pero sobre todo piensa en cuáles son tus objetivos. En este sentido, si lo que
buscas es promocionar un único mensaje o producto, quizás no necesites
complicarte, sino dar con un mensaje atractivo y dejar claro dónde debe pinchar
el cliente para acceder a la oferta o la información.
Por el contrario, si buscas dar información sobre varios productos,
quizás sí que te compense un diseño más atrevido.
5. No acertar con el
asunto
Piensa que una persona recibe una media de 79 mensajes al día de
los que solo entre 20 y 25 llegarán a su bandeja de entrada -datos de Maility-.
Es resto acabará en las carpetas de spam. Si quieres ser además uno de los que
el usuario abra debes llamar su atención con el asunto del correo. La clave
está en despertar la curiosidad del lector y para hacerlo deberás ser creativo
y directo.
Cuando nos llega un correo habitualmente queremos saber de qué trata en
el menor tiempo posible. Evidentemente, no vas a desvelar tu mensaje en el
asunto, pero sí puedes dar pistas y picar la curiosidad del lector para que
abra tu email.
Un consejo, no repitas nunca la línea del asunto, sobre todo si no haces
envíos con mucha regularidad.
6. Olvidarse del
snippet
Este término que puede parecer algo técnico no es sino el un pequeño
resumen del asunto que algunos clientes de emaill como Gmail permiten incluir.
Muchas compañías se olvidan de ello y como consecuencia en el mejor de los
casos se pueden ver las primeras palabras del email y en el peor, textos del
tipo “¿Problemas para ver este email” e incluso otros como “Use este área para
ofrecer una corta descripción del contenido de su email”.
Por fortuna, la solución en este caso es bastante fácil. Sólo hay que
revisar el email antes de enviarlo y asegurarse de que has rellenado todos los
campos.
7. Nunca hacer pruebas
La mayoría de plataformas de envío de emails permiten segmentar tu
audiencia en función de los datos que tengas, pero si nunca haces ninguna
prueba, no sabrás cómo funciona. E incluso si tu servicio no permite esta
posibilidad, puedes probar a mandar versiones ligeramente diferentes de un
mismo email a parte de su base de datos para comprobar cuál convierte mejor.
8. Desesperarse
por las bajas
En un mundo con exceso de información es normal que cada vez que mandes
un email, algún suscriptor se de baja. Esto puede resultar desconcertante, pero
no tienen por qué significar que estás haciendo algo mal. Es normal tener
bajas. Sólo piensa en cómo tú mismo también te das de baja de algunas de las
listas a las que estás suscrito cada cierto tiempo.
Además, no pierdas de vista que una persona que se da de baja
difícilmente iba a llegar a convertirse en un cliente, así que ese dinero que
te ahorras por no tenerlo en tu lista de suscripción.
Y tú ¿Cuáles han sido tus errores y aciertos en tus campañas de emailing?